martes, 6 de diciembre de 2022

Reflexiones atemporales CXXXII –La sinrazón de la desmemoria histérica

Los hechos son los que son, y son testarudos.

Es un hecho que la segunda república española se proclamó, como la primera, ilegal e legítimamente, puesto que el suceso ocurrió después de unas elecciones que no eran nacionales, sino municipales, y en la que los partidos republicanos obtuvieron menos votos y concejales que los monárquicos. Sólo el vacío de poder provocado por la marcha de Su Majestad el Rey don Alfonso XIII justificaría, de facto, algo que nunca estuvo justificado de iure.

Es un hecho que la república se constituyó por media España -de izquierdas, anticatólica, antidemocrática- contra la otra media. Y eso, siendo generosos en las proporciones.

Es un hecho que la izquierda nunca estuvo dispuesta a admitir que nadie, salvo ellos, tuviera el poder, y por ello se opusieron por todos los medios a la voluntad de las urnas, llegando incluso al levantamiento armado.

Es un hecho que la izquierda buscó la guerra civil, en la confianza de ganarla. Y es un hecho que la perdieron, en parte por la saña con que emprendieron luchas intestinas.

Es un hecho que la izquierda nunca ha admitido todo lo anterior, y que ha hecho todo lo posible por ocultarlo, reabriendo las heridas ya cicatrizadas de la guerra civil, al tiempo que insisten, por sedicentes leyes de memoria, que ni son históricas ni democráticas, en borrar a Franco y al franquismo de la vida pública.

Es un hecho que son tan estúpidos que no se dan cuenta de que, si siguen borrando a Franco y a los franquistas de la Historia, va a resultar que la república desapareció ella sola.

Que, realmente, es casi lo que pasó.

¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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