El desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer, y sus voceros (de buena o de mala fe, eso me resulta inverosímil, que diría el navarro), suelen decir que los secesionistas catalanes le montaron dos butifarrendum al Partido Popular, mientras que a ellos no les han montado ninguno.
Como suele suceder con los necios cuando el
sabio señala la Luna, se quedan mirando el dedo (el hecho en sí), en lugar de
al astro (la razón del hecho). Y la razón por la que golpistas catalanes no han
pasado del dos al tres es porque no les ha hecho falta.
Con un psicópata en La Moncloa tan ayuno de
escrúpulos como de diputados, dispuesto a hacer lo que sea para seguir
detentando el poder, les basta con apretarle las clavijas de vez en cuando para
ir consiguiendo, paso a paso, lo que quieren. Y eso, si no se lo concede él por
su propia voluntad.
La penúltima -con esta gentuza, la última
nunca lo es- la supimos hace diez días, cuando nos enteramos de que ya está acordado permitir consejos del poder judicial diferenciados para Cataluña y Vascongadas. Con la unidad jurisdiccional saltando por los aires, cada vez hay menos
válvulas de seguridad para evitar que lo haga el país.
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