Hay muchas razones por las que el psicópata de La Moncloa y su cuadrilla de apoyos Frankenstein tienen entre ceja y ceja a la comunidad autónoma de Madrid y a su presidente.
Puede ser porque se oponen, de palabra y de
obra, a sus intentos de controlarlo todo. Puede ser porque, a diferencia de la
mayoría de los miembros del partido con sede en la calle Génova de Madrid, no
se ven afectados de maricomplejinismo y le sueltan las verdades a la
cara.
Puede ser por todas esas cosas, pero
probablemente la razón más importante es que les deja en evidencia, demostrando
que hay otra manera de hacer las cosas, que diría Eduardo Punset con su
característica voz nasal. Y es que, mientras que todos los españoles pierden
-perdemos- poder adquisitivo por culpa de la inflación, los madrileños pierden -perdemos-
trescientos quince euros menos que el resto.
Por algo será.
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