Históricamente (o, al menos, en los dos últimos siglos), Rusia nunca ha ganado una guerra ofensiva: la invasión de Polonia al comienzo de la Segunda Guerra Mundial no cuenta, puesto que fue un reparto con el Tercer Reich; y la ocupación de Europa central, una vez finalizado el conflicto, tampoco, puesto que se limitaron a ir ocupando los territorios que iban abandonando los nazis.
No, las guerras que han ganado han sido
siempre defensivas, y ello merced a dos factores: el general Invierno,
que derrotó tanto a la Francia napoleónica como a la Alemania Hitleriana, y un
sacrificio en vidas humanas que hacía que nadie, salvo quizá China (la India no
tiene fronteras con Rusia), pudiera soportarlo.
Pero cuando Rusia (o la URSS) emprendieron
una guerra ofensiva, fracasaron: perdieron con los japoneses en la guerra ruso-japonesa,
fracasaron en la invasión de Afganistán -lo que no tiene mérito, porque desde
Alejandro Magno nadie ha conquistado ese territorio- y están fracasando en la
invasión de Ucrania: todo lo que no fuera un triunfo rápido y rotundo lo sería,
y no lo han conseguido.
No sólo eso: están empezando a retirarse de los territorios que habían ocupado. Si es por necesidad o como táctica, se verá.
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