Si etarras, golpistas y neocom pretenden averiguar la verdad de lo sucedido en el asalto a la valla de Melilla hace meses, no es porque les preocupe en lo más mínimo la legalidad, las vidas ajenas, la penuria en el tercer mundo o incluso la culpabilidad o no del ninistro Pequeño.
No: si lo hacen, es por su propio, único y
exclusivo interés. Es para tener bazas (más) con las que negociar con el psicópata de La Moncloa. Un fatuo rodeado de estúpidos que, con sus torpezas y
maldades, unidas a la debilidad parlamentaria de los de la mano y el capullo,
no para de dar a los chantajistas elementos con los que apretarle las clavijas.
Mientras pueda seguir sentado en la poltrona, a él, plim.
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