lunes, 26 de diciembre de 2022

La navaja suiza de Occam

Hay veces en que el idealismo ecologista choca con la dura realidad. Y, como es lógico y natural, es el idealismo el que sale perjudicado.

Vamos a admitir que el calentamiento global existe, que es antropogénico en todo o principalmente y que la emisión de gases de efecto invernadero juega un papel importante. Así las cosas, sería lógico ir sustituyendo paulatinamente los vehículos con motores de combustión interna, que consumen derivados del petróleo, por otros menos contaminantes, como los eléctricos.

Pero hete aquí que a un psicópata ruso se le ocurre invadir Ucrania y manda al planeta, cuando aún no se había recuperado de la crisis de hace década y media, a otra crisis económica, en la que el factor energético es un elemento a tener en cuenta.

¿Qué hacen entonces en Suiza, un país que, sobre inventar el reloj de cuco, tampoco es que haya aportado demasiado a la historia de la humanidad? Pues plantearse prohibir el coche eléctrico para ahorrar energía.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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