Yo, que no estoy en política (ni creo que lo esté jamás) puedo permitirme el lujo de decir que con los socialistas no se pacta nada, o que a los terroristas o separatistas ni agua.
Pero los políticos, y más aún los que aspiran a gobernar España, tienen
que tragarse esos sapos, y reunirse con unos y con otros. Mal está, desde mi
punto de vista, pero quizá sea un mal necesario. Sin embargo, lo importante, lo
definitorio, son los acuerdos a los que se llega y las contrapartidas que los interlocutores
obtienen.
Por eso, aunque sea criticable que el PP, como ha reconocido, tuviera
una reunión informal con representantes de los jotaporcatos, el hecho es
que no tragaron con sus reivindicaciones (y la prueba está en que Feijóo no es presidente del gobierno). Mientras que el psicópata de la
Moncloa tragó, traga y seguirá tragando.
Ojalá se atragante pronto.
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