La formación de la mano y el capullo, antaño (si no me equivoco) el yunque y el tintero, siempre ha sentido una indisimulada simpatía por los grupos terroristas de izquierdas. Eso, cuando no se han dedicado ellos mismos a ejercer el terrorismo de Estado, algo en lo que parece que recaen con relativa frecuencia.
Lo cual no obsta para que dentro del partido haya quien, por ignorancia
o por buena voluntad, crean en los postulados que, de puertas para afuera,
pregonan desde Ferraz. Pero la candidez o la benevolencia tienen un límite, al
menos para algunos. Y así, cuando el partido sanchista ha lanzado una moción de censura en Pamplona para entregar el ayuntamiento al partido de ETA, dos de los
concejales de la franquicia navarra del partido que fundara Senior
renunciaron a sus actas.
Todavía quedan algunos socialistas con principios.
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