La ideología progre tiene muchos defectos (por no decir que todos). Uno de ellos es que valora todo, absolutamente todo, desde una perspectiva presente, olvidando que todo tiene, como dijo el filósofo, sus circunstancias.
Y tan pronto borran la palabra negro de una novela ambientada en
un lugar y una época en la que a los negros se les llamaba negros como se eliminan de las cartelas de los cuadros de un museo términos considerados hoy ofensivos
(con los ofendiditos hemos topado) como enano, disminuido o deforme.
Y esos términos serán ofensivos, pero resultan muy descriptivos y
fácilmente comprensibles. Porque si decimos que la obra el bufón el Primo
representa a alguien con acondroplasia, no todos van a saber qué es lo que
quiere decir; mientras que si decimos que representa a un enano, pocos habrá
que se queden a dos velas, aunque la sensibilidad de algún tiquismiquis
se vea herida.
El artículo termina indicando que el museo eliminó términos como esposa de o mujer poco agraciada. Me pregunto si en este último caso habrán puesto belleza picassiana o, directamente, fea.
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