En Vascongadas ha habido y hay, de medio siglo para acá, cuatro tipos de personas: los malnacidos de la banda terrorista de ultraizquierda que asesinaban, secuestraban y extorsionaban; los desgraciados que les apoyaban o jaleaban; los que callaban para no meterse en problemas; y los que, demostrando tener un par de dídimos, o de ovarios, plantaban cara a lo dos primeros.
Hay, en realidad, un quinto grupo: aquellos
que, por la acción de los primeros, la complicidad de los segundos y el
silencio de los terceros, se vieron obligados a dejar la región.
Y como un vasco, cuando es echao p’adelante,
lo es de verdad, la cuadrilla de Mikel Oyárzabal, jugador de la selección
española de fútbol que acaba de conseguir la cuarta copa de Europa para nuestro
país, decidió celebrar el triunfo de España delante de la sede en Éibar delpartido de la ETA.
Cojonudo, ahivalahostia…
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