Leo el titular de que el PP desecha la idea de cortejar al PNV tras dejarle fuera del CGPJ y se me encienden todas las alarmas.
No sólo porque los políticos a uno y otro lado del espectro político -más a la izquierda que a la derecha, la verdad sea dicha- tienen la costumbre de decir una cosa y hacer la contraria, sino porque ahora, con las elecciones indeterminadamente lejos, es muy fácil darse golpes de pecho.
Veremos si, tras las próximas elecciones generales, las cifras alcanzan o no alcanzan para no tener que recurrir a los epígonos del orate con boina.
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