La izquierda -los populismos en general, pero la izquierda, al menos en España, es en esencia populista- antepone sus postulados a la realidad, la ciencia y hasta al sentido común, caiga quien caiga y aunque se cometa un genocidio. Llámese Lysenko o Pol Pot, seguirán adelante hasta el final.
Desde hace unos años se ha puesto de moda en España,
por parte sobre todo de la izquierda, el criticar el turismo y todo lo
relacionado con él. Teniendo en cuenta que la base de la economía española ha
sido, en el último medio siglo largo, precisamente el turismo, es lógico que en
el sector se haya producido un hartazgo ante los ataques a turistas. Y es que,
como bien han señalado, es muy peligroso ir contra lo que es nuestro petróleo. Criminalmente suicida, diría yo.
Pero ya se sabe, el socialismo es el
equitativo reparto de la pobreza... salvo para las élites dirigentes, claro
está.
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