Cada vez que la derecha llega al poder, se encuentra con que la situación dejada por la izquierda con pintar del color de las hormigas, es todavía peor de lo que parecía.
Ocurrió cuando llegó Aznar al Gobierno,
después de casi década y media de gonzalato, y se encontró con un
agujero monumental, a pesar de lo cual España logró cumplir con los criterios para
la entrada en el euro. Algunos dicen que los habríamos cumplido de todos modos
(que la cosa estaba amañada, vamos), pero eso nunca lo sabremos.
Volvió a pasar tras el rodrigato,
cuando afloró un déficit oculto que por poco provoca que España tuviera que ser
rescatada o, al menos, expresamente intervenida (algunos, no sé si los mismos
del párrafo anterior, sostienen que de facto lo estuvimos), y del que
salimos a duras penas con una rapiña impositiva digna del mejor (es decir,
peor) socialista.
Y como no hay dos sin tres, el Banco de España ha destapado una deuda pública oculta de noventa y cinco mil millones de euros. Pero, eso si, vamos como una moto.
Petardeando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario