Lo que ocurre con la izquierda y los actos del llamado orgullo NoCHe (¿orgullo de qué? ¿De vestirse como mamarrachos, cuando se visten? ¿De buscar ofender y molestar a quienes saben que no les van a pagar con la misma moneda?) es lo mismo que ocurre con la izquierda y la bandera rojigualda, pero a la inversa.
En el caso de la enseña nacional, dicen que
la derecha (es decir, cualquiera menos ellos) se ha apropiado de la bandera de
España. Cosa falsa por demás, puesto que ha sido la izquierda la que abjuró de
ella, hace ya casi un siglo, y en esas sigue salvo casos puntuales en los que,
por conveniencia, figura con ella.
Con el movimiento NoCHe es lo
contrario: se han apropiado de él como se apropian de todo lo que les interesa,
y no permiten que nadie que no sea de su cuerda -ideológica, no sexual…
malpensados- sea parte del mismo: si eres homosexual y votas a la derecha, es
que te pasa algo (más).
Y eso ocurre vez tras vez y año tras año: si
acude alguien que no perciben como de los suyos, les insultan, les
vituperan, les escupen y hasta les mean encima. Por eso, que la marquesa de Villa
Tinaja deseara que la señora Ayuso y el señor Almeida viniesen a esta fiesta es, sobre un sarcasmo, casi una maldad.
Es decir, no sólo quieren apalearlos, sino que la derecha sea la que proporciona las porras.
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