viernes, 19 de julio de 2024

Justicia es dar a cada uno lo que le corresponde

Cuando alguien se cree mierda y no llega a pedo, siempre viene bien que haya quien le ponga en su sitio, le confronte con la realidad, le cante las cuarenta y ponga las cosas en sus justos términos.

Y eso es lo que ocurre con la cónyuge del psicópata de La Moncloa, hija de un empresario dedicado a las saunas homosexuales -ocupación en principio tan decente como cualquier otra, pero que a los progres parece molestarles que se les recuerde-, que no tiene un título universitario de carácter superior -algo también muy digno, pero que a ella parece avergonzarle- y cuyo currículo laboral es manifiestamente mejorable.

A pesar de lo cual, por dormir en el colchón en el que duerme, parece que se considera por encima del bien y del mal y, desde luego, del resto de los mortales. Pero el juez encargado de instruir el caso Begoña le ha bajado los humos y le ha indicado que todos los españoles son iguales ante la Ley. Una obviedad en la que, como parece ser algo limitadita, quizá no hubiera caído.

O quizá sea porque se le evitó el paseíllo en su primera declaración, y el Decanato de Madrid decidió volver a estudiar si se obraba de igual manera en su segunda declaración, que tendrá lugar hoy mismo.

Si a Iñaqui Urdangarín, otro ciudadano particular que medró gracias a la persona con la que compartía lecho, le hicieron hacer el paseíllo, no veo a santo de qué a esta profesional honesta se le conceden tantas prebendas.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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