Dice el refrán que los tontos tienen suerte. Yo añadiría que los malvados también la tienen.
Resulta que, por haberse pasado un solo día -dura
lex, sed lex, aunque también summun ius, summa iniuria- en decretar
la prórroga, se ha decretado el archivo de toda la investigación realizada a
partir de Julio de 2.021 en relación con Cocomocho y el terrorismo de la
banda llamada Tsumani democrático.
Es decir, sabemos que delinquieron, sabemos que son más culpables que el demonio, incluso tenemos pruebas de ello, pero no podemos utilizarlas. Sólo nos queda la esperanza de que, en algún momento, acaben pagando.
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