Como he dicho muchas veces, izquierdistas españoles y separatistas periféricos coinciden en muchos rasgos de carácter. Uno de ellos es que se creen sus propios delirios, o actúan al menos como si lo hicieran.
Porque los de la barretina primero lo fiaron
todo al butifarrendum II, luego a la declaración unilateral de
independencia no aplicada, después a los mediadores internacionales y,
finalmente, a la ley de bajada de pantalones de España (más conocida como ley
de amnistía).
Y ahora, cuando se dan cuenta de que lo de la
amnistía es un fiasco o, cuando menos, va para largo, montan una cumbre separatista (esta gente llama cumbre a cualquier merienda dominical) en Waterloo
(dónde si no) en la que partidos y entidades intentaron unificar lo que llaman
estrategia.
Vamos, que -en la jaula de grillos que son- todos froten los élitros al unísono o, por lo menos, con cierta concordancia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario