Ya hace cuatro años, el pedófilo senil estaba eso, senil. Cuatro años con el trabajo más estresante, aunque sólo sea por la responsabilidad, del mundo no han hecho nada por mitigar el deterioro cognitivo del sujeto.
Y quedó de manifiesto en el primer debate
electoral entre los futuros nominados por los dos grandes partidos estadounidenses.
Donald Trump no es que sea mucho más joven -apenas un lustro, creo-, pero está
menos tocado y tiene una absoluta falta de escrúpulos (dialécticos y de los
otros) que requieren una lengua afilada y una mente despierta para ser contrarrestadas.
Algo que quedó de manifiesto en el citado
debate. Tan desastrosa fue la cosa que en el partido demócrata ya se hablaba de reemplazarlo. Eso sí, los nombres que sonaban eran de lo más variopinto, desde
la cuasi desaparecida Qué mala Harris hasta Michelle Obama (que no hace
más que repetir que no quiere y no quiere), pasando por políticos en activo a
los que nadie conoce mucho más allá de sus respectivos estados.
A lo que hemos llegado…
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