Cuando empezó a tramitarse la ley del sólo sí es sí surgieron multitud de chanzas y chirigotas que señalaban que cada vez que un varón pretendiese pasar a mayores con una mujer, poco menos que tendría que llevar a un notario y firmar un documento por triplicado para asegurarse de no ser acusado de violación.
Y como Dios castiga sin piedra ni palo, hete
aquí que uno de esos políticos progresistas, feministas… y comunistas se ha
encontrado, por culpa de su rijosidad, en un problema. Acusado por una actriz
de haber cometido un delito contra su libertad sexual, e interrogado en sede judicial sobre si la mujer prestó su consentimiento, el otrora becario ubicuo
contestó que la gente no habla con consignas, y que no conocía a nadie
que hable así.
Haberlo pensado antes.
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