Hay un anuncio de perfume -o de desodorante, producto que más bien habría que llamar reodorante, puesto que no se limita a quitar el olor (corporal), sino que lo oculta, enmascara o sustituye- que utiliza el eslogan la primera impresión es la que queda.
Como nos decían nuestros padres de pequeños,
no hay que creerse todo lo que aparece en la televisión. Este anuncio sería un
buen ejemplo. Leí un titular que me pareció decía Ferraz abre cien días sin
ruedas de prensa para cargar contra la “mujer proporcionada” Ayuso, y pensé
que los españoles, o al menos este que escribe, íbamos a tener tres meses de
tranquilidad sin tener que escuchar tonterías desde la sede del partido de la
mano y el capullo.
Pero, al leer con más atención, mi gozo en un
pozo. Resulta que, en mi apresuramiento, había omitido una palabra, apenas
cuatro letras, que cambiaba completamente de sentido el titular, la noticia y sus
consecuencias.
En efecto, no es que abrieran un periodo,
sino que abrían tras un periodo. O sea, que se habían tirado cien días sin
abrir la boca y yo, feliz en el placentero silencio mediático, ni me había
percatado.
Eso sí, dispuestos a recuperar el tiempo
perdido, soltaron mendaces mentiras una tras otra, en su línea de dime de
qué te acuso y sabrás de que adolezco. Dijeron de Ayuso que cuanto más
gordo es el asunto que tiene que ocultar más gordo es el insulto que dice a los
demás, lo cual explica el volumen de las invectivas que se dirigen desde el
desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer, puesto que -y
los ejecutivos socialistas anteriores habían puesto muy alto el listón- nunca se
ha visto tal acumulación de escándalos ni de tal volumen.
Es decir, que se acabó lo bueno. En fin, tampoco es que les haga mucho caso, salvo para reírme de ellos.
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