jueves, 27 de febrero de 2025

Consejos vendo que para mí no tengo

Dijo don Manuel Fraga Iribarne que un socialista es alguien capaz de afirmar una cosa y la contraria y sostener que ambas son ciertas y, además, progresistas.

Tal afirmación podría extrapolarse a todos los marxistas en general. También podría afirmarse que un marxista es alguien que predica una cosa y practica la contraria; o, dicho de otra manera, que impone a los demás una línea de conducta que él no sigue.

Y esto es así a todos los niveles y en todos los órdenes de la vida. Un marxista condenará la prostitución pero, a la que te descuidas, visitará casas de lenocinio o confraternizará con mujeres de moral dudosa (siempre me ha hecho gracia esta expresión: cuando se califica a una mujer con ese epíteto es porque se está seguro de su moral, o de la laxitud de la misma). Un marxista condenará la acumulación de riqueza y defenderá el reparto de la misma, pero se dedicará a acaparar cuantos bienes materiales pueda. Un marxista condenará el hecho de que la esposa de un político entre en política, pero a la mínima ocasión colocará a la suya en todos los puestos de (i) responsabilidad que pueda. Un marxista defenderá la igualdad de todos, pero privilegiará a unos y perjudicará a otros. Un marxista abanderará la libertad de expresión, pero perseguirá inmisericordemente a todos aquellos que osen criticarle.

Una marxista, en fin, justificará la exclusividad de los médicos de la sanidad pública apelando a conflictos de interés y dirá que "No puedes ser jefe en dos sitios a la vez. Lo entiende cualquier persona… pero buscará gestionar dos despachos, el del ministerio de Sanidad y otro como cargo en el Comité Ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud.

Máxime cuando la susodicha es bastante MeMa…

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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