Hace apenas treinta y cinco años, lo que siempre ha sido conocido como Europa Central era conocido como Europa del Este. Cualquier persona con un mínimo de nociones de geografía sabe que Europa del Este comienza en la frontera de lo que entonces era la Unión Soviética, ya que sólo la parte europea de aquel país tenía cinco millones de kilómetros cuadrados, tanto como el resto del continente.
Bueno, pues en aquella zona imperaban las
llamadas democracias populares, esto es, las dictaduras de partido único
(el comunista, claro), donde no había democracia y donde el régimen era de todo
menos popular.
Uno de esos países era Rumanía, donde gobernó
las dos últimas décadas largas del régimen Nicolás Ceaucescu. Su esposa, Elena,
además de primera dama del país, fue vice primera ministra y vicepresidenta del
partido. Según algunos, varios de sus supuestos logros científicos (no está
acreditado que obtuviera un título universitario) fueron forzados por el
régimen de su esposo.
Resumiendo: capturado el matrimonio cuando
intentaba huir del país, fueron condenados (a muerte) por un tribunal militar
bajo los cargos de genocidio, subversión del Estado mediante acción armada
contra el pueblo, destrucción de la economía y del patrimonio nacional y
desfalco.
Todo esto me ha llevado a proponer un mote que, hasta donde se me alcanza, nadie ha propuesto todavía: Sanchezcu.
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