El psicópata de la Moncloa, el desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer y que él comanda y, en general toda la patulea que está a su servicio, son bastante estúpidos.
No porque su cociente intelectual sea escaso
-aunque en algunos casos, como el de Fracisco Nadie, uno casi apostaría
a que es así-, sino porque, aunque en algunos casos hayan superado duras oposiciones
-no hay ironía aquí- y arduas carreras profesionales -idem-, su soberbia o su
miedo, o una combinación de ambas cosas, les impulsa a hacer verdaderas
tonterías.
Es el caso del fiscal particular del gobierno,
que ha confesado que borró su móvil porque la información afectaba a altas instituciones del Estado. Vamos a ver, alma de cántaro: o esa información
no les incriminaba en nada, en cuyo caso no habría por qué borrarla… o les
incriminaba en la comisión de algún delito, en cuyo caso resulta que quien ha
de promover la acción de la justicia ha cometido un delito de destrucción de
pruebas.
Escoja, su señoría.
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