La
actitud del desgobierno socialcomunista en la gestión de la crisis provocada
por la pandemia de la Covid-19 podría equipararse a la del perro del hortelano:
no hacen nada, pero cuando los demás hacen algo, lo critican (además de, en
algunos casos, copiarlo descaradamente, honrando con ello la trayectoria del
presidente del consejo de ninistros, afamado copista).
Tomemos
el caso de la vuelta al colegio tras el verano. La comunidad de Madrid, cuyo
consejo de gobierno preside Isabel Díaz Ayuso, blanco de muchas de las críticas,
ataques y descalificaciones de la izmierda, presentó un plan hace una
semana, el Lunes pasado. Y lo presentó a pesar de las presiones de dos miembros
del gabinete Picapiedra, Celaá e Illa, que no querían que lo presentara.
En concreto, la titular de deseducación se mostraba nerviosa por el hecho de
que la comunidad de Madrid se hubiera adelantado.
Tanto
se esforzaron en las presiones que se olvidaron de hablar con la franquicia
madrileña de los de la mano y el capullo, franquicia que reprochó al gobierno regional
que llegara tarde. Y eso que se habían adelantado, Celaa dixit, y que el
desgobierno central no pensaba pronunciarse sobre la vuelta a las clases hasta
ese Jueves, tres días después que la Comunidad de Madrid.
También
se supo que la defraudadora fiscal en materia inmobiliaria (y van…) había
tenido un fuerte desencuentro con los neocom (y van…) en la reunión del
consejo de ninistros por la falta de liderazgo en la vuelta al colegio.
Por
ello, y por mucho más…