Cuando
se constituyó el desgobierno socialcomunista, a principios de año -¡qué lejos
parece!-, se consideró el ninisterio de Sanidad como una perita en dulce,
y se le asignó a alguien escasamente cualificado -hasta para los estándares de
la izmierda- para el puesto: nada más y nada menos que un filósofo.
Pero
claro, luego llegó lo que llegó, pasó lo que pasó y se montó la que se montó:
un circo de dieciocho pistas, con un maestro de ceremonias al que ninguno de
los payasos hacía ni refitolero caso. Y mientras, en el público, cayendo como chinches.
Y
ahora nos enteramos de que el ninisterio de Mortandad desconoce el origen del setenta y uno con cinco por ciento de los casos de Covid-19. Esto se va a
pique y nadie de la tripulación -ni el capitán, ni el contramaestre, ni el timonel, ni el maquinista, ni siquiera el grumete- tiene ni puñetera idea de por qué nos hundimos.
Por
ello, y por mucho más…
¡¡¡EL
GOBIERNO ES RESPONSABLE!!!
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