Ante los requerimientos totalitarios cuanto te llaman desde el desgobierno socialcomunista caben dos opciones. Negarse o aceptar. Veamos que ocurrió hace cuatro semanas.
Negarse
es lo que hizo el PP. Según las malas lenguas, lo hizo por cálculo, no por
verdaderos principios, pero tanto da: se reunieron Sin vocales y Casado,
y el resultado final fue el incialmente esperado. Esto es, fracaso en lo
tocante a los presupuestos y a la renovación de los miembros del Consejo
General del Poder Judicial.
Ciudadanos,
en cambio, tomó la postura contraria: Inés arrimadas pidió una tregua
política y confirmó que negociaría los presupuestos. Cada vez que alguien
dice cosa parecida en relación con este desgobierno socialcomunista, recuerdo
las palabras de Churchill tras la cumbre de Múnich previa a la Segunda Guerra
Mundial: os dieron a elegir entre el deshonor o la guerra, elegisteis el
deshonor y tendreis la guerra.
O, traducido al cristiano: con algunos no caben los pactos, sólo combatirles. El dúo Picapiedra es uno de esos.
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