Sin vocales no es sólo un liberticida: podríamos decir que es un libertifóbico. No concibe más voluntad que la suya, y las servidumbres y contrapesos de la democracia le molestan profundamente.
Por
ello, aunque profundamente desagradable, no resulta sorprendente que hace una
semana decidiera ausentarse de la sesión de control -sesión de control, le
llaman… ¡ja! Sesión de control es la que tienen en la Cámara de los Comunes,
sin preguntas pactadas ni pamemas semejantes- para viajar a una reunión de la
Unión Europea en Bruselas… a pesar de que dicha cumbre había sido cancelada por culpa de la pandemia.
Por ello, y por mucho más…
No hay comentarios:
Publicar un comentario