Los
filogolpistas catalanes, como buenos borregos que son, gustan de ser pastoreados
en rebaño, cuanto más grande, mejor. Otra cosa es que el poder de convocatoria
de sus líderes sea cada vez menor, visto que prometen y prometen pero de lo
prometido, poco.
Sin
embargo, la obcecación necionanista choca contra el sentido común y
hasta con el sentido de autopreservación. Por ello, cuando leí el titular de Presión de los médicos catalanes a la ANC para que suspenda las concentraciones del 11-S pensé que a buena puerta habían ido a llamar: a la de unos que no oyen
más voces que las de los genios maléficos que tienen metidos en sus colodrillos…
o aquellos otros de corte de pelo inefable que les hablan desde la tierra de
las coles.
Luego,
surgieron una serie de pensamientos adicionales. Como si sólo son los médicos
catalanes los que se dirigen a la sedicente asamblea sediciosa, o también los
de otras partes de España; o si la sediciosa aprovechará la presión para
desconvocar unas concentraciones que van de capa caída, como he dicho en el
primer párrafo.
En
fin, ya se verá. O no.
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