Quizá es que, como me dijo hace tiempo un amigo, soy un sectario y por lo tanto incapaz de reconocer algún acierto en los partidos de izquierdas. En tales casos suelo responder que estoy completamente dispuesto a admitir que socialistas o comunistas han acertado en algo… en el improbable caso de que lo hagan.
Luego
está el caso de otras amistades. Planteada la cuestión de si se consideran de
derechas o de izquierdas (no cabían medias tintas), me contestan que de
derechas. Pero a renglón seguido dicen que la Comunidad de Madrid -o,
personalizando, su presidente, Isabel Díaz-Ayuso- lo ha hecho tan mal como el
desgobierno socialcomunista, y que cuando hay una buena noticia -como que es la
comunidad autónoma con menos fallecidos por habitante en la segunda ola de
la pandemia-, lo achaca a la casualidad, y no a la causalidad. Es decir, que o
esta amistad sufre de maricomplejinismo o le han lavado el cerebro. O
comido el coco, que viene a ser lo mismo.
Por ello, y por mucho más…
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