Un
socialista, no me cansaré de repetirlo, es alguien capaz de sostener una cosa y
la contraria y afirmar que las dos son ciertas y hasta progresistas.
Tomemos
el caso del presidente del consejo de gobierno de Castilla-La Mancha, el socialista
(naturalmente) Emiliano García-Paje. Hace un par de meses criticaba a sus homólogos de otras regiones que pedían que no acudieran a sus territorios
ciudadanos de otras comunidades autónomas que registraran muchos casos de
coronavirus. Se trataba, decía él, de tener sentido común. Según él, Si
hubiéramos hecho eso nosotros —al principio—, hubiéramos tenido menos pandemia.
Precisamente
ese que es el menos común de los sentidos, a pesar de su nombre, es el que debe
haber abandonado al prócer socialista. Porque no hace una semana afirmó que el
ochenta por ciento de los casos de contagio en la región llegaron de la
bomba radioactiva vírica [fijémonos que a la guerra nuclear añade la
bacteriológica… sí, ya sé que un virus no es una bacteria, pero nos entendemos]
que se plantó en Madrid.
Lo
que el muy pillo se abstiene de decir es que los jardineros de tan
singular plantación fueron los que convocaron, alentaron, permitieron y
no descartaron el aquelarre feminazi del ocho de Marzo: de Pixidixit a
Cristina Almeida, pasando por Fernando Simón.
Por
ello, y por mucho más…
¡¡¡EL
GOBIERNO ES RESPONSABLE!!!
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