Para los giliprogres -unos más gilis, otros más progres-, el desgobierno socialcomunista ha hecho las cosas todo lo bien que podía hacerlo, y el resto de las autoridades -especialmente si son del PP, no digamos ya si además participa VOX- son una panda de inútiles y sectarios que no arriman el hombro a la hora de reconstruir el país.
Para
los que no comulgamos con semejantes ruedas de molino, sólo hay algo que mueve
al consejo de ninistros así en general, y a su presidente en particular:
el ansia irrefrenable por seguir ostentando el poder, todo el poder y nada más que
el poder. A este objetivo supeditan todo: principios (si los tuvieran), ideología
y, desde luego, la vida de los españoles.
Porque
Sin vocales podrá reunirse con la presidente de la Comunidad Autónoma de Madrid y acordar crear tres espacios de colaboración (Covid-19, unidad
territorial y unidad técnica) entre el gobierno nacional y el regional; pero si
antes Adriana Lastre arremete contra Isabel Díaz-Ayuso diciendo que
tiene conciencia de clase (no creo que realmente tenga conciencia de la
clase de mierda que es) y los neocom acusan a Díaz-Ayuso de segregar
a los madrileños, esa teórica voluntad de colaboración queda bastante poco
creíble.
Por ello, y por mucho más…
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