A poco de empezar a detentar la presidencia del consejo de ministros, el psicópata de la Moncloa preguntó retóricamente, antes las cámaras de televisión, ¿de quién depende el Fiscal General del Estado? Pues eso.
Lo que, unido al hecho de que
nombrara para el puesto a quien hasta cinco minutos antes había ocupado, con
escaso lucimiento, el puesto de Notaria Mayor del Reino, hizo que al cargo
comenzara a conocérsele como fiscal general del desgobierno socialcomunista que
tenemos la desgracia de padecer. Algo que acaba de confirmar el actual
detentador de la cúspide del ministerio público, al señalar que enfrentarse al gobierno beneficia a la oposición.
Lo del interés general y la defensa del ordenamiento jurídico, ya si eso, lo dejamos para otro día, ¿verdad?
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