Como matones que son, los secesionistas catalanes son débiles con los fuertes y fuertes con los débiles. Y como ven al psicópata de la Moncloa más débil parlamentariamente que nunca, le aprietan con exigencias, sabedores de que es muy probable que ceda porque nada ansía más que seguir detentando el poder.
Cocomocho se ha venido arriba, y así los jotaporcatos
exigen al Estado que pague a Cataluña (es decir, a ellos) una supuesta deuda de
cuatrocientos cincuenta mil millones de euros, además de las pensiones y el traspaso de todos los impuestos.
Y dos huevos duros, también.
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