El problema del llamado socialismo científico es que tiene de científico lo mismo que yo de archipámpano de las Indias (bueno, yo de eso tengo algo… un chiste privado que sólo algunos quizá pillen). No son más que elucubraciones de un jeta adúltero, desarrolladas luego por psicópatas, asesinos en masa, pedófilos y demás joyitas de la sociedad.
Así las cosas, no es raro que en
democracia, las medidas promovidas por los comunistas hayan sido un absoluto fracaso,
cuando no directamente contraproducentes; es decir, que han producido el efecto
diametralmente opuesto al que se suponía pretendían. Pero esta gente -la de
antes y la de ahora- nunca admite estar equivocada, la culpa es siempre de los
demás (de cualquiera salvo de ellos, aunque ese cualquiera sea otro comunista).
Es el caso de la égida de la
marquesa de Villa Tinaja al frente del ninisterio de Lomismodá. Siendo
su (autoproclamado) objetivo principal el proteger a las mujeres, en lo que va
de año -y ya lleva camino de cuatro años en el puesto- ya hay medio centenar de
mujeres asesinadas por sus parejas o ex parejas (lo que viene denominándose violencia machista). Pero como no puede ser que ella haga nada
mal -en realidad, tiene razón: no hace nada, así que nada hace mal-, Ireno Montera evita la autocrítica, declara la emergencia machista… y
sale por piernas evitando comparecer ante la prensa, dejando que su segunda, Pimpampún, se las apañe.
La culpa, por lo visto, es de los negacionistas.
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