El nivel de inepcia que el psicópata de la Moncloa ha logrado concitar al crear el desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer es sólo parejo a la inmundicia moral de los interfectos que lo integran.
Y, entre ellos, pocos han
decepcionado tanto como el ninistro del Interior, alias ninistro
Pequeño. Venía precedido de una fama de juez honesto y trabajador. Claro,
que entonces no se sabía que se había ofrecido al Partido Popular como candidato
al Consejo General del Poder Judicial. Visto lo visto, se trata pues de un
individuo ayuno de escrúpulos capaz de hacer cualquier cosa para medrar.
Un individuo, además, incapaz de
la más mínima empatía, no ya con el resto de los ciudadanos, sino incluso con
sus propios subordinados. Subordinados que, en el acto central del día de la
Policía, le pitan y le gritan Fuera, fuera. ¿Será por usar los
conocimientos feministas en materia de género para cribar los
puestos de la Guardia Civil? ¿Será por no indemnizar a las víctimas de Igor el
ruso?
Sea por lo que sea, Fernando debe ser reprobado.
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