miércoles, 18 de octubre de 2023

La gran estafa

Cuando John Grisham comenzó a publicar, iba prácticamente a éxito por novela: Tiempo de matar, La tapadera, El informe pelícano, Cámara de gas, El cliente… Probablemente, ello se debiera a una combinación de tres factores: el buen oficio del escritor, la novedad del género del thriller judicial… y las adaptaciones cinematográficas de esas novelas, todas ellas con actores de primera fila.

Con el tiempo, dejaron de hacerse (tantas) adaptaciones a la gran o a la pequeña pantalla, el autor probó en otros géneros, y la novedad disminuyó. Sin embargo, una novela de Grisham es sinónimo de entretenimiento, al menos para mí.

Hay que reconocer que esta en concreto no será la bomba -que está escrita con el piloto automático, o casi-, pero se lee en un suspiro, y entretiene. Poco más que decir de ella, salvo que no me queda claro si el título original (The Rooster Bar) se refiere a un bar o a un abogado (barrister).

Y, como siempre, Grisham deja caer sus opiniones políticas pero, al menos, no te las arroja a la cara, como hace Stephen King.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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