martes, 3 de octubre de 2023

Reflexiones atemporales CLXXV – Los problemas con la ONU

Cuando, finalizada la Segunda Guerra Mundial -en puridad, la primera, puesto que la luego llamada Primera no pasó de ser una guerra paneuropea, y no la primeroa-, los países vencedores constituyeron la Organización de las Naciones Unidas, supongo que la intención era hacer una versión 2.0 de la Sociedad de Naciones, que había fracasado en evitar la repetición de la contienda anterior (en parte, por el modo francamente mejorable en que se cerró).

En eso, tuvieron éxito. Pero en poco más. Para empezar, dejaron entrar como miembro permanente del consejo de seguridad a un régimen tan criminal, asesino y liberticida como el nacionalsocialismo (si no más), por más que Churchill hubiera dicho que si Hitler invadiera el infierno, dedicaría al menos unas palabras amables a Satanás en la cámara de los comunes. Si a esto le añadimos que la Unión Soviética hacía trampa, el tener tres votos (también eran miembros Bielorrusia y Ucrania, entonces miembros de la U.R.S.S.), la cosa empezaba a pintar mal.

Pero admitamos barco como animal acuático. Ocho décadas después de su fundación, se mantiene el derecho a veto de cinco países. Además de ser algo anacrónico y nada democrático, no responde a la realidad, puesto que ni Francia ni el Reino Unido son ya potencias mundiales. A nivel global han sido superados, por ejemplo, por la India, mientras que a nivel europeo Alemania pinta bastante más.

Luego está el hecho de la falta de capacidad ejecutiva real. Si un país (por ejemplo, Israel) no quiere cumplir las resoluciones de la organización, no las cumple y no pasa nada (en parte, porque goza de la protección de su tío Samuel). Y no se habrá producido una Tercera Guerra Mundial, pero las potencias no han dejado de meter los dedos en el ojo ajeno a través de países intermedios, llámense Corea, Vietnam, Afganistán o, más recientemente, Ucrania.

Para terminar, se ha producido una burocratización absoluta de la organización, con las consecuencias inevitables y deplorables que ello conlleva: ineficiencia y corrupción.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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