Quizá las jugadoras de la selección femenina española de fútbol tengan razón en sus quejas y reivindicaciones. No es que este convencido, y pienso más bien que son (en general) un grupo de niñatas caprichosas (los futbolistas de élite, sean del sexo que sean, suelen serlo).
El problema son las
reivindicaciones que están haciendo y quién está al frente de su sindicato.
Empezando por el final, es una abogada comunista, a la que hasta hace poco no
se le conocía vinculación con el mundo del balompié.
Terminando por el principio,
resulta que has futbolistas han vetado un largo listado de nombres en la Real
Federación Española de Fútbol, listado en el que no está incluido el tesorero;
nada curiosamente, socialista.
Blanco y en botella, horchata de chufa.
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