No se me ha ocurrido hasta poco antes de ponerme a escribir esta entrada -de hecho, se me ha ocurrido, como quien dice, en segundo plano, porque estaba jugando al Angry Birds-, pero el hecho de que la patronal catalana haya viajado a Francia a rendir pleitesía a Cocomocho es una muy mala señal.
El dinero es cobarde. Si las empresas
domiciliadas en Cataluña salieron en gran número por piernas tras el butifarrendum
II, fue porque permanecer en la región podía ser, o así lo estimaban,
perjudicial para sus intereses. Si ahora van a lamerle las botas al principal
responsable de aquel golpe de Estado, es porque consideran que va a ser el
nuevo hombre fuerte en la región.
Por el bien de todos, salvo el de esos miserables peseteros, espero que estén en un error de proporciones colosales.