La comunidad de Madrid en general, e Isabel Díaz-Ayuso en particular, suponen la china en el zapato de la izquierda, que ansía -siempre ha ansiado y siempre ansiará- someter a toda España bajo su bota… al menos, la España que le dejen terroristas y secesionistas.
Pero, si España es diferente, como decía el
eslogan, Madrid es más diferente. No sólo porque la izquierda lleva casi tres
décadas sin catar poder en la comunidad, sino porque tradicionalmente los
presidentes -y más aún las presidentes- del Partido Popular han
acostumbrado a cantarles las del barquero a la izquierda y a los secesionistas,
tanto en lo que se refiere a su visión sesgada (por no decir desvirtuada) de la
Historia como a sus mentiras flagrantes.
Recientemente, la izquierda regional ha puesto al presidente de la Asamblea legislativa regional en su punto de mira. Los
de la mano y el capullo y los neoneocom consideran que no es imparcial
en su tarea de arbitrar los Plenos ya que, en su opinión, censura sus
exabruptos mientras pasa por alto los de la bancada popular. No parecen
preocuparse tanto por el trato mucho más parcial que Paquita Alcanfor
hace desde su puesto de tercera autoridad del Estado en el palacio de la
Carrera de San Jerónimo.
A la petición de una entrevista por parte de Lobito,
el presidente de la asamblea le señaló que le parece oportuno debatir sobre
este asunto, pero que como la calidad de los debates no depende solo de
la actitud de los diputados del Grupo Socialista, le propone tratar este
tema con el resto de portavoces de los grupos parlamentarios.
Y es que los suciolistos no son, ni siquiera, el primer grupo de la oposición. Como diría un amigo mío, son de esos que se creen mierda y no llegan siquiera a pedo…
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