Hay que decirlo todas las veces que haga falta, porque la gente tiende a olvidarlo: pocas organizaciones humanas han demostrado seguir tan fielmente la máxima de Lord Acton como el partido político español de la mano y el capullo.
Declaradamente proclives al delito desde su
estreno parlamentario, empezar a pillar cacho y llevárselo crudo
fueron sucesos casi simultáneos, demostrando en esto una singular
predisposición innata.
Sólo una excepcional -en esta gente, tanto
más cuanto más arriba- presencia de escrúpulos morales ha evitado en algún que
otro político socialista un enriquecimiento muy superior a sus méritos y
merecimientos.
Por ello, que la esposa del psicópata de la
Moncloa, una indocumentada sin oficio pero con bastante beneficio, se haya
prevalido de su posición de mujer de para medrar -esa posición que tanto
critica la izquierda cuando en la derecha mujeres perfectamente válidas (o, al
menos, bastante más que sus contrapartes en la izquierda) tienen la desgracia (entiéndaseme)
de estar casadas con políticos de primera línea de poder- en lo profesional y
en lo crematístico no resulta ninguna sorpresa.
Como que tampoco la empresa beneficiada colaborara con la organización de turismo de Naciones Unidas gracias al Africa Center -que hay que ser hortera para poner un nombre en inglés a una cosa española- de la consorte del psicópata.
No hay comentarios:
Publicar un comentario