La doctrina Mafalda es, para mí, un instrumento infalible. Claro, que también es posible que esté operando mi sesgo de confirmación.
Las cosas, claras: el actual ocupante de la sede pontificia no me
parece que esté a la altura del puesto. Demasiado mundano, demasiado
autoritario y, por decirlo claro, demasiado a la izquierda. Y si encima dice,
dirigiéndose a Ucrania, que debe tener el coraje de izar la bandera blanca y
negociar, y los únicos que le elogian son los regímenes liberticidas de Putin y Maduro, no hay nada más
que añadir.
Paparruchas.
хай живе україна!!!
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