Iba a poner un viejo refrán castellano que habla de arrojar mujeres de vida licenciosa a la corriente fluvial, pero voy a cambiarlo por el de o jugamos todos o rompemos la baraja.
Y es que la izquierda, al menos la española,
hablan mucho de derecho y de libertades, pero sólo en lo que se refiere a ellos
mismos; para los demás sólo hay obligaciones, que se resumen en una sola: la de
aguantar a los de izquierdas cuando hacen lo que les da la gana.
Tuvimos un ejemplo hace un mes, cuando
jóvenes socialistas acosaron e impidieron dar clase en la Universidad a una profesora
crítica con la llamada ley trans, acosos ante los que la universidad mostró
una total pasividad.
Clásica actitud totalitaria: sólo permiten el
pensamiento único o, mejor dicho, sólo toleran la ausencia de pensamiento.
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