Que el caso Begoña (antes caso Ábalos, antes caso Koldo, y próximamente caso Sánchez) pone de los nervios a todo el desgobierno que tenemos la desgracia de padecer es un hecho. Y no sólo a la parte de los de la mano y el capullo -cosa lógica, porque si están ahí es porque el psicópata quiere, y el día que el psicópata deje de querer, dejarán de estar-, sino también a los cocuquistas.
Hace un par de semanas, la tucán de Fene calificó
de machistas a aquellos que señalan a Begoño por su presunta implicación
en casos de corrupción.
En cambio, los que señalan a Díaz-Ayuso, Egolanda
incluida, no son machistas, aunque la presidente de la comunidad de Madrid
sea al menos tan mujer como quien comparte lecho y colchón renovado con Sin
Vocales.
Porque, debe pensar la rubia de bote, el entorno de Díaz-Ayuso no sufre. Y si sufre, se lo merece.
No hay comentarios:
Publicar un comentario