Hay quienes dicen que, vista la miserable catadura moral de la clase política española a uno y otro lado del espectro político -unos por viles, los otros por cobardes-, habrá de ser Europa la que nos salven de la desintegración nacional propiciada por los secesionistas catalanes y el psicópata de la Moncloa.
No sé si será así. Lo que sí está claro es
que al otro lado de los Pirineos, a los de las barretina no les ríen tanto las
gracias, porque el Parlamento Europeo ha pedido el cese de la inmersión
lingüística catalana y ha exigido la igualdad entre catalán y español.
Mientras, de este lado de los Pirineos, como quien oye llover…
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