Creo que fue Churchill el que dijo que democracia es cuando llaman a tu puerta a las cinco de la madrugada y quien lo hace es el lechero. Es decir, hay democracia cuando la gente no tiene miedo de que el poder, inopinada y arbitrariamente, decida usar los resortes de que dispone para presionar a la (Dios, como odio la palabrita) ciudadanía.
Por lo tanto, si hay miedo, no hay
democracia. Y si en un caso tan aparentemente claro como el del tráfico de
influencias perpetrado por la pareja del psicópata de la Moncloa, hay hasta siete despacho de abogados que rechazan encargarse de la acusación por miedo asufrir una inspección de Hacienda.
Aunque, por otra parte, si no han hecho nada reprobable… ¿de qué tienen miedo? Sí, ya sé, abogados, esos seres que Dios creó porque hay cosas que hasta las ratas se niegan a hacer...
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