Hay un refrán que dice, más o menos, que es imposible sorber y soplar a la vez. Pues bien, en esto, como en tantas otras cosas, los marxistas no permiten que la realidad se atraviese en sus planteamientos, y han conseguido la cuadratura del círculo, la contradicitio in terminis, el oxímoron en forma legal.
Porque la tucán de Fene se ha descolgado con
un acuerdo firmado con las correas de transmisión del desgobierno
socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer -perdón, quería decir los
sindicatos históricamente más representativos, esa panda de tuercebotas
cuyos cuadros dirigentes no han dado un palo al agua en su vida-, pero no con
la patronal (que, al fin y al cabo, es la que arriesga la pasta en la economía,
aunque a la izmierda española no le entre en la cabeza) una reforma del subsidio por desempleo, que va a suponer un mayor subsidio del paro, un aumento
del número de beneficiados y -aquí viene el sindiós- la posibilidad de
compatibilizar un empleo con el cobro de la prestación.
Vamos a ver, gaznápiros: si estás en paro, no
trabajas; y si trabajas, no estás en paro. No puedes estar simultáneamente en
una situación y en la otra. Y me da lo mismo que lo llamen derecho o paguita,
e incluso que el Banco de España sí se muestre a favor de la posibilidad de
trabajar y cobrar el paro.
No se puede estar a misa y repicando. O una cosa, o la otra.
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