En su forma más benevolente, el refranero español dice que es de bien nacidos ser agradecidos. Siendo un poco menos misericordiosos, otras versiones serían hoy por ti, mañana por mí y perro no muerde perro.
También está la circunstancia de que variar levemente
la posición de una letra da un significado completamente diferente, por no
decir diametralmente opuesto, a una palabra. Tenemos casualidad, que supone
que las cosas ocurren fortuitamente, por azar o, al menos, por razones que se
desconocen. Pero si intercambiamos la ese y la u, nos queda causalidad,
que significan que las cosas ocurren por un motivo, y que ese motivo está
meridianamente claro, netamente diáfano.
Porque si resulta que alguien patrocina la
cátedra de otra, y en menos de un año el patrocinador es el presidente de una organización que la patrocinada amadrina, ¿es casualidad… o hay una casualidad ostentórea?
Y, aunque no he dado nombres, y aunque no hubiera puesto el enlace, seguro que
todos sabemos de quiénes estamos hablando.
O escribiendo.
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