sábado, 11 de mayo de 2024

Fiat iustitia

Como en la fábula de la liebre y la tortuga, la justicia puede tener las patas cortas y avanzar despacio; pero una vez decidida a llegar a un lugar, acaba llegando al mismo, por mucho que tarde y por largo que se haga el camino (a los demás).

En el caso de la investigación del espionaje de los teléfonos móviles del psicópata de la Moncloa y de algunos miembros del desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer, los afectados no es que hayan respondido con evasivas, es que han dado la callada por respuesta. Lo que, en un país tan dado a la maledicencia como es España, hace que la gente se pregunte qué demonios habría en esos móviles (y eso, aunque el espionaje no hubiera coincidido en el tiempo con el volantazo en la cuestión del Sáhara).

En realidad, son tan estúpidos que parecer estar haciendo todo lo posible por molestar a Israel, país del que procede la tecnología empleada en el espionaje y que, a buen seguro, si quisieran podrían descorrer el velo que oculta este asunto.

Pero, mientras tanto, la Audiencia Nacional planifica con Francia investigar el espionaje con el programa Pegasus al teléfono móvil del primer ninistro español gracias a información procedente de Israel. Concretamente de la empresa creadora del programa espía.

Si cuando yo decía que no convenía hacer enfadar a los hebreos…

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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