viernes, 17 de mayo de 2024

Recusando, que es gerundio

El grado de descaro con el que se desempeñan en el partido de la mano y el capullo (salvo honrosas excepciones, probablemente a la espera de ser expedientados y expulsados de la formación) parece haberse extendido desde el núcleo irradiador hasta alcanzar los más alejados confines.

Es el caso del fiscal particular del desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer, colocado a dedo por su predecesora, la esposa del juez prevaricador a la que, cuando era notaria mayor del Reino, se la colaron doblada en la profanación de la tumba del Generalísimo.

El susodicho -me refiero al mamporrero del psicópata en el Ministerio Público, no al Caudillo- ha recusado a casi todos los magistrados del Tribunal Supremo que deben decidir sobre su permanencia en el puesto, con la peregrina justificación de que son los mismos magistrados que dijeron que había actuado con desviación de poder al proponer a Delgado como fiscal militar.

Como este hombre es del partido que es, considera que el veredicto podrá variar en función de quien lo emita, cuando, si los jueces actúan como deben, el veredicto -sea el que sea- debería ser el mismo, pues surge de la aplicación de las leyes.

Lo malo es que sus consideraciones tienen asiento en la realidad.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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